Para comprobar lo profundamente prejuiciosos que somos con quienes padecen una enfermedad mental basta un ejemplo: si alguien padece cáncer, lo acompañamos emocionalmente y hasta somos capaces de apoyar económicamente en caso de ser necesario. Pero cuando algún conocido padece depresión, de inmediato lo minimizamos: “¡Échale ganas!” “Lo tuyo es pura flojera”, “Tienes que ver todo lo bueno que hay en tu vida”.
Para hablar de las enfermedades mentales y de la asociación que los representa contamos esta tarde en Los Silencios de Ëlan con Gonzalo Nielfa presidente de ASIEM
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