Una millonaria empresa minera debe comprar los terrenos que están alrededor de su zona de interés. Los dueños de esos terrenos aledaños son personas que se dedican a la agricultura de pequeña escala. Todos son pobres. En esa zona no hay luz, no hay agua potable, y para llegar a su escuela los niños deben caminar por más de una hora.
Sucede algo: La empresa minera ha empezado a comprar los terrenos. La gente empezó a vender. Una hectárea que usualmente se compraba en menos de mil soles (algo de 300 dólares), quintuplicó su valor. La empresa minera les decía: "Nosotros te compramos tus tierras y encima te vamos a dar trabajo." Y la gente vendió con esa promesa: "porque les iban a dar trabajo." Muchos de ellos recibieron cinco mil soles, diez mil soles, veinte mil soles y algunos pocos hasta más de treinta mil. Y ahí es donde se armó la jarana: con ese dinero empezaron a derrochar. Gastos y gastos…