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Description

En México una mujer vendía unos helados que ella misma preparaba en casa. Había encontrado la receta ideal, entonces los helados eran únicos, con un sabor inigualable. Todos los días la mujer salía a la calle con su caja de tecnopor bajo el brazo a ofrecer su producto. Trabajaba de sol a sol, pero ella no se veía a sí misma como una simple vendedora. Ella tenía una extraordinaria capacidad de trabajo y TENÍA VISIÓN...

Lo primero que hizo fue ahorrar. Hacer capital. No se comía todas las ganancias, sino que se paga a si misma y lo demás lo guardaba. Lo segundo que hizo fue averiguar la cuestión de los registros. Entonces, tras meses de batalla, logró que unos chicos creativos le diseñen un logo y patentó su marca. Luego contactó y envió a maquilar unas envolturas... que en realidad eran unas bolsas super sencillas. Pero era el inicio, lo importante era empezar: ahora los helados los vendía en su bolsa, con su logo. Ya no eran unos helados anónimos, ahora eran Helados Marina...