En nuestro tercer capítulo de "Horroroso, horroso" nos adentramos en el Mal. Así, en mayúsculas y en crudo. Hablamos de villanos legendarios, mujeres fatales, asesinos en serie y animales tan livianos como dañinos. También de niñas poseídas, loterías de pueblo, baronesas enamoradas, brujas marinas y novelas argentinas. Porque los caminos que conducen al mal son serpenteantes e insondables, y por ellos nos adentraremos con sumo gusto y a pelo, sin dejar piedrecitas que marquen el sendero. Y así nos pasa, que esta vez nos hemos perdido, se nos ha ido la olla y nos hemos alargado un poco más. Pero es lo que tiene el mal: te posee y pierdes la noción del tiempo. Cosas que pasan.