Existe una clara relación entre el autor y su personaje, Washington Poe. Esa relación favorece a las historias de esta saga, ya que Ambos, autor y personaje, tienen experiencia en el ejército, con formación en criminología y son amantes de Cumbria, esa zona de Inglaterra donde los celtas practicaban sus ritos usando piedras y círculos; esa zona de ovejas que solo se valoran en aquellas montañas porque son un desastre económico. Poe no valdría ni la mitad sin su joven colega Matilda, un cerebro extraordinario, aunque con las dotes sociales de un búho de madera.
La capacidad de Craven para hacernos pensar que vamos en una dirección y llevarnos por otras siempre inesperadas, es lo que han valorado quienes han premiado a la serie de novelas que esperan una serie televisiva que haga honor a la pareja de investigadores. Aquí todo comienza con un robo que no lo es, un muerto en un burdel donde no pinta nada, un accidente militar aparente y una resolución tan encajada como la combinación de una caja fuerte.
Con la colaboración de Beatriz Fernández, Edith Gonzalez, Ángeles de Benito y Guillermo Orduna.
