España es un país de los que llaman del primer mundo (¿cuántos habrá? En este país, según el instituto Nacional de Estadística 23.000 personas no tienen hogar, viven en la calle, según Cáritas son más, unos 40.000. Según otra estadística a nivel Europeo, en Europa son 11 millones las personas que carecen de un hogar y malviven en la calle. Son datos del 2019. En el año que acabamos de empezar, 2020, las previsiones son que de los 11 millones de personas sin hogar (homeless) en inglés, se pase a 13 millones y que la cifra siga aumentando con el tiempo. Para los que tenemos la suerte y bendición de tener un hogar y un trabajo, todas estas personas, para la gran mayoría de nosotros son, los invisibles. Las personas que viven en la calle no lo hacen porque quieren, lo hacen porque no tienen otro remedio, es consecuencia de un proceso traumático de sus vidas. No tienen ningún derecho ya que no tienen padrón, no tienen acceso a la sanidad, ni intimidad ni propiedad privada, ni ningún tipo de seguridad más que la de otros que viven como ellos, al raso. No son enfermos mentales, no son delincuentes ni agresivos, son personas desesperadas, son, nuestros invisibles.
