Javier Castillo Seoane
Del mismo modo que la naturaleza ha optimizado a lo largo del tiempo sus estructuras y formas alcanzando un perfecto equilibrio, la ciencia aprovecha e imita este conocimiento de la naturaleza para lograr funcionalidades dirigidas a su aplicación tecnológica. En la imagen, tomada mediante microscopía electrónica de barrido, se muestra un conjunto de nanoestructuras jerárquicas con gran similitud a «nanoárboles». Fue fabricado utilizando un óxido transparente y conductor, el óxido de indio y estaño, conocido como ITO por sus siglas en inglés, y altamente utilizado en la industria optoelectrónica. Estas nanoestructuras presentan un alto interés tecnológico como medio ópticamente desordenado, que además conduce la electricidad. De esta forma, su implementación como nanoelectrodos ópticamente activos en celdas solares o dispositivos de emisión de luz, como LEDs, son aplicaciones directas de los mismos.