Por Robert Adams
Una vez ya fallecido Ramana, Robert Adams prosiguió su periplo y durante los siguientes diecisiete años llegó a entablar contacto con diversos maestros relevantes de la talla de Jiddu Krishnamurti o el también sabio del advaita Nisargadatta Maharaj; con este último llegó a permanecer seis meses y en base a este período fue cuando Adams llegó a alcanzar la verdad suprema convirtiéndose en jnani.
Nunca pretendió hacer público su perfil a pesar de prestarse a compartir su saber con todos los buscadores que a él se acercaban. Su celo por permanecer en el anonimato pasó por negarse a ser inmortalizado en imágenes o fotografías. Los últimos años de su vida transcurrieron en Sedona (Arizona).