Sublimando la sublimación rogué
por desahogar la asfixia carroñera;
Una chispa de ti resurgió en una
de sus tantas apariciones sin sentido
Seca, tibia, insípida: la cabellera leónica
ya no tenía fuego; y el azul cielo transfiguró
sus moléculas hasta ser celeste apático;
El sexual fucsia de tus labios ya no estimula más
Excitaciones físicas ni ensoñaciones copulares;
El refugio será tan solamente cantarle a la apatía;
O quizás viajar muy lejos cada día…
Buscando que mis células reparen su adeene.
Se acabaron las reservas de la bóveda que un día
Contenía a los más bellos pensamientos con tu nombre.
Tal vez ingresará por la ventana una ruta más benévola…
Pero ese tren ya no se espera en mi comarca.
Por medio de un refortalecimiento natural
Redescubrí las vibraciones olvidadas de la infancia;
Así el espíritu hallo felicidad al no sentir heridas
Recordando amores rotos… que no olvidan.
19 de julio de 2013