En Colombia asesinan a un líder social al día. Son cientos al año: sindicalistas, campesinos, mujeres, negros, antiguos guerrilleros. Indepaz lleva la cuenta: hay asesinados en todo el país. Es un goteo constante, un genocidio silencioso del que la OEA u otros organismos internacionales apenas dicen nada. Al contrario, celebran la democracia Colombiana y su prosperidad.