Las calles de París están agitadas cincuenta años después de mayo del 68. Las luchas obreras de funcionarios, ferroviarios y estudiantes no tienen, sin embargo, de la envergadura ni la ambición que caracterizaron la gran revuelta estudiantil del siglo XX. En estas cinco décadas, el sistema contra el que se levantaron quienes protestaban ha conseguido digerir las ambiciones revolucionarias, incluidos a algunos de sus líderes. Las luchas continúan.