En la parasha pasada estudiamos los tipos de korbanot (sacrificios) enumerados en la Torah, en los primeros 5 capítulos de Levítico. En dichos capítulos, aprendimos grandes lecciones sobre los sacrificios que se ejecutaban en el tabernáculo y luego en el templo. En esta parasha seguiremos considerando las lecciones espirituales y teológicas que encontramos en los korbanot, específicamente en una de las categorías de sacrificios: El sacrificio de Paz (Shelamim).
El sacrificio de paz tiene varias peculiaridades dignas de atención y explicación. Vimos los principales aspectos en la parasha pasada y ahora veremos más aspectos del mismo, su significado y sus sub-categorías.
Leemos en esta parasha lo siguiente:
"Y esta es la Torah (ley) del sacrificio de paz que se ofrecerá a El Eterno: Si se ofreciere en acción de gracias, ofrecerá por sacrificio de acción de gracias tortas sin levadura amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura untadas con aceite, y flor de harina frita en tortas amasadas con aceite. Con tortas de pan leudo presentará su ofrenda en el sacrificio de acciones de gracias de paz. Y de toda la ofrenda presentará una parte por ofrenda elevada a El Eterno, y será del sacerdote que rociare la sangre de los sacrificios de paz. Y la carne del sacrificio de paz en acción de gracias se comerá en el día que fuere ofrecida; no dejarán de ella nada para otro día. Mas si el sacrificio de su ofrenda fuere voto, o voluntario, será comido en el día que ofreciere su sacrificio, y lo que de él quedare, lo comerán al día siguiente." (Vayikra [Levítico] 7:11-16).
De esto se extrae que el sacrificio de paz tiene por lo menos tres sub-categorías:
Sacrificio de acción de gracias (Hb. "Korban Todah") Sacrificio por voto (Hb. "Korban Neder") Sacrificios voluntario (Hb. "Nedaba")
Al ser todos sacrificios de paz (Shelamim), estas sub-categorías comparten cosas en común pero también poseen ciertas diferencias en sus procedimientos y significados. Estas diferencias que superficialmente parecen accidentales o intrascendentes, transmiten poderosos mensajes para nuestro entendimiento de la escritura y nuestro crecimiento espiritual.
En primer lugar consideremos la primera de estas diferencias: En el sacrificio de acción de gracias, toda la carne debía de ser consumida en el mismo día. En la ofrenda por votos o en la voluntaria, se podía dejar para el día siguiente y comerla, siempre y cuando, si el que la comía, estaba ritualmente puro. ¿Por qué era esto así? ¿Por qué el Korban Todah únicamente podía ser comido en el mismo día? ¿Hay alguna intención para esto? ¿Qué nos comunica esto al día de hoy en nuestro servicio a Hashem?
La razón para esto es simplemente una: Traer mayor gloria al Eterno y santificar su nombre al brindarle loor y alabanza. ¿De qué manera? Al tener que consumir la carne el mismo día, la persona invitaba a más amigos y familiares para poder acabar la carne y que no quedara para el día siguiente. Al invitar una mayor cantidad de gente, la persona relataría las bondades que El Eterno había hecho con ella, con alabanza y agradecimiento ante muchas personas. Esta ley traía el objetivo de santificar el nombre de Hashem ante muchas personas.
¿Te imaginas la escena? Tu, tu familia, tus amigos en el templo de Jerusalén compartiendo una comida relatando las bondades del Eterno, junto a sus sacerdotes. El lugar donde El Eterno residía con intensidad inigualable, se convierte en tu sede de alabanza delante de todos tus conocidos, compartiendo una comida especial.
Esto nos enseña una gran lección espiritual: Relatar las bondades que Hashem nos ha dado, es una gran alabanza a su nombre. Al santificar su nombre entre muchas personas, nos hacemos parte de la gran oración enseñada por nuestro maestro: "Santificado sea su nombre" (Mateo 6:9).
Dar gloria a El Eterno con agradecimiento de corazón, con gozo, con fervor es un gran mandamiento, tal como se nos dice:
"Proclamad entre las naciones su gloria, En todos los pueblos sus maravillas. Porque grande es El Eterno, y digno de suprema alabanza;" (Salmo 96:3-4).
"Alabad a El Eterno, invocad su nombre; Dad a conocer sus obras en los pueblos. Cantadle, cantadle salmos; Hablad de todas sus maravillas. Gloriaos en su santo nombre; Alégrese el corazón de los que buscan a El Eterno." (Salmo 105:1-3, énfasis añadido).
"Del poder de tus hechos maravillosos hablarán los hombres, Y yo publicaré tu grandeza." (Salmo 145:6)
El agradecimiento al Eterno por todas sus misericordias, bondades y benevolencias es la clave para una vida llena de dicha y felicidad. Solamente aquel que está agradecido con lo que tiene, puede vivir en completa paz; si bien es cierto, todos tenemos el derecho a siempre querer mejorar, debemos de estar conformes con lo que tenemos al momento. Muchas personas viven su vida renegando por lo que no tienen y menospreciando lo que tienen; por otro lado, nosotros debemos de vivir conformes y alegres con lo que tenemos, y esforzándonos por mejorar en paz y dedicación.
Aquel que es agradecido, es alguien de espíritu afable, con templanza y quien vive en paz con Dios y con los hombres. Una de las máximas maldiciones de este siglo, es su consumismo galopante quien siempre nos hace creer lo desdichados que somos por lo que no tenemos y que salió ayer en el mercado.
Como creyentes en El Eterno y discípulos de Yeshua debemos de estar agradecidos y hacer de nuestra vida una continua alabanza al Eterno, tal como se nos dice:
"Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en el Mesías Yeshua." (1a tesalonicenses 5:18).
¿Estamos dispuestos a empezar a vivir agradecidos ante todas las circunstancias?