Joan Ocean dice que los delfines le enseñaron a comunicarse telepáticamente, lo cual, además de
conquistarle una magnífica relación con todos los cetáceos, le ha permitido entablar conversaciones
y recibir visitas de extraterrestres o "personas de las estrellas." Aunque para muchos estas
afirmaciones parecen ser los desvaríos de una persona demente o la manipulación de un culto new
age, al menos Ocean mezcla conceptos como los delfines, la teleportación, los portales
dimensionales en el fondo del mar y los extraterrestres con cierta frescura y alegría.
Joan Ocean entró en contacto con los delfines a través del brillante —y algo desquiciado—
científico estadounidense John Lilly, quien experimentara comunicándose con estos mamíferos
usando LSD y ketamina (en alguna ocasión incluso dosificando a un delfín con LSD). Lilly, quien
inventó las cámaras de aislamiento, sostuvo que era posible comunicarse telepáticamente con los
delfines y aprender su lenguaje. Algo que Ocean dice experimentar, hasta al punto de que lleva
treinta años en Hawái organizando cursos y simposios de comunicación e interacción con delfines y
ballenas —y en los últimos años con extraterrestres.
El mes pasado se llevó a cabo el simposio de Delfines y Teleportación en Hawái, organizado por
Joan Ocean y Laura Magdalen Eisenhower, esta última bisnieta del presidente Dwight Eisenhower.
Y si las cosas ya estaban volando por dimensiones estrambóticas, un poco más de meta bizarría
cósmica: Laura Magdalene dice ser un avatar de Isis-María Magdalena que ha sido invitada a una
colonia secreta en Marte por programas secretos del gobierno de Estados Unidos, desde donde se
ejerce una Matrix de control. Según Laura Magdalen, desde los años 80 se ha establecido esta
colonia, a la cual se viaja vía teletransportación y donde se busca usar el poder de la sangre real (el
santo grial) para inseminar una nueva civilización, al tiempo que la Tierra se destruye. Este sería el
plan de la élite que controla el planeta y busca suprimir el espíritu del divino femenino de la Tierra,
Gaia Sophia. Un usuario de Boing Boing ha escrito este genial limmerick inspirado en esta mujeravatar:
Y es que ese es otra singularidad de este asunto: según Joan Ocean los delfines y algunos
extraterrestres conocen las claves del viaje en el tiempo. Existen también naves espacial submarinas
que atraviesan agujeros de gusano transocéanicos, algunas de las cuales han sido vistas por ella y su
grupo de nadadores con delfines telepáticos, siguiendo el hilo azul de la comunicación cetácea.
Joan Ocean dice estar en contacto con entidades de Sirio, Artcurus, Andrómeda y las Pléyades, el
grupo de extraterrestres que se confedera alrededor de la luz, una élite galáctica de seres super
evolucionados que, cual ángeles, asisten el desarrollo espiritual del planeta. La comunicación de
estos seres, que de alguna manera están hermanados con los delfines, se da a través de telepatía:
imágenes acústicas no-lineales de meta-sinestesia en las que, siempre según Joan, ve un rostro, pero
también siente una emoción, escucha una voz, percibe una energía y en ocasiones incluso toda la
historia del sujeto de esa comunicación.
Según Ocean las personas se pueden beneficiar enormemente de entrar en contacto con los delfines,
ya que estos son capaces de sanar a través del sonido y enseñar conocimientos arcanos
telepáticamente (y esto es algo que ella ofrece, convenientemente, en sesiones de nado con delfines
en Hawái). Fueron los delfines los que le enseñaron a hablar el lenguaje de las estrellas y antes a
nadar cuando tenía 40 años (Joan recomienda girar debajo del agua imitando a los delfines para
sanar el cuerpo energético y activar las espirales del ADN). En esta entrañable relación, Ocean ha
demandado a la fuerza naval de Estados Unidos por utilizar sonares que matan a las ballenas,
argumentando que estas armas están siendo usadas expresamente para acabar con los cetáceos, una
extraña guerra entre el gobierno secreto y las ballenas y los aliens.
No hay duda que todo esto es difícil de creer, pero suena bien, tiene cierta poesía: delfines
telepáticos que emanan imágenes sónicas medicinales, que cuidan del mar, pastores de las naves
intergalácticas que conocen los vórtices interdimensionales, los corales luminosos donde los seres
de las estrellas sueñan con sus planetas y acaso pueden viajar en el tiempo. Esta es la sustancia de la
cual están hechos los sueños de ciencia ficción, una rama de la imaginación que tiende a
convertirse, tarde o temprano, en realidad.