Ayer, Alberto, luego te cuento qué Alberto, me escribió un mensaje muy bonito. Me dijo que estaba sembrando mucho.
Gracias Alberto. Déjame contarte cómo he llegado a este punto.
Y recuerda esto como si la felicidad te fuera en ello: El ser humano es más feliz dando que recibiendo. En la primera etapa de su vida, recibe. En la segunda, si llega, da.