El ascenso del Partido Nazi al poder en Alemania es uno de los capítulos más trascendentales y trágicos de la historia moderna. Lo que comenzó como un pequeño grupo radical en la década de 1920 se convirtió en la segunda fuerza política del país en 1930, y finalmente, en 1933, estableció una dictadura totalitaria. Este fenómeno no puede explicarse por un solo factor, sino por una combinación de circunstancias económicas, políticas, sociales y psicológicas que crearon un terreno fértil para que el nacionalsocialismo resonara entre amplios sectores de la población alemana. La profunda crisis económica, la inestabilidad política, el resentimiento por el Tratado de Versalles, el miedo al comunismo, la efectividad de la propaganda nazi y las divisiones religiosas y sociales jugaron roles cruciales en este proceso histórico que transformaría no solo a Alemania, sino al mundo entero.
