Ajab puede compararse con Odiseo en el sentido que es tanta su obstinación por cazar a Moby Dick (la de Odiseo es regresar a Ítaca) que no le importa que se pierdan las vidas de los otros marineros y quedar solo, en esa soledad de un héroe que ya casi no lo es, que sólo persigue una idea que lo obceca: asesinar a la supuesta maldita ballena. Es muy paradójica esta novela, ya que, como dije varias veces, ese ser extraordinario que es la ballena y que es exaltado por el narrador quien también se dedica a la cacería, es digno y valeroso, más allá de su codiciado esperma o de su ámbar gris, pues posee una fuerza vital individual, espaciosidad interior, permanece caliente entre el hielo (…) y de entre las criaturas, ¡qué pocas son tan enormes como la ballena!
Cápsula producida por Radio Universidad. Radio UAA. 94.5 FM
