El 22 de octubre de 1997, un grupo de 200 paramilitares llegó al corregimiento de El Aro, asesinó a 17 campesinos, quemó 40 de las 60 casas del pueblo y desplazó a cientos de habitantes. Hoy, la comunidad aún espera una reparación completa y vivir de nuevo en un sitio de paz.