FRÍO...
Hoy hace frío.
Frío que anticipa el otoño,
el frío del mediocre, estrafalario;
un frío conocido.
Frío del iglú en Monte Perdido,
el frío de la lágrima del padre,
ese de las primeras nieblas;
el frío de garita,
de cobarde.
El frío del Comendador de Ocaña,
de releer Ulises, aburrido,
de limpiar los retretes vomitados.
Frío de lamerse las heridas,
de jugarse la cara a doble o nada
y perderla en el último motivo.
Hace frío de la castaña asada
-amarga aunque caliente-,
frío de una patada
en la cara, por valiente.
Frío de animal desorientado,
de pasillo de quimio, desahuaciado;
frío del que no sabe si es solvente
el alma que subasta.
Hace frío
de catedral en obras;
frío de Lovecraft.
De correr maratones con autismo,
de completar un rally París-Texas;
frío de hacer ganchillo;
del de chiquillo.
El frío del primer pasamontañas,
del inicio del curso;
de saberse ya sin escapatoria.
Es el frío de después de seis tequilas,
el de llamar a la puerta equivocada,
el de un replicante de Blad Raner
el de la mascota abandonada.
Frío de Santo Cristo sin velones,
de cadáver de anatómico forense,
frío de sudores en la frente,
de inmigrantes en cajas de camiones.
El frío del bebé recién nacido;
o del que escudriña a su verdugo.
Es frío al fin y al cabo,
sólo frío.
Juan Mantero Ruiz .
(España).
