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Description

Edward Mueller era un honrado y humilde jubilado cuando comenzó a falsificar billetes de un dólar en su pequeño apartamento de Manhattan, al que se había mudado con su perro después de enviudar. Sus escasísimos conocimientos en el arte de la falsificación no fueron inconveniente para que Mueller lograse vivir diez años en la más absoluta impunidad. Edward decidió fabricar sólo billetes de un dólar, billetes en los que, por su escaso valor, apenas reparaban los comerciantes. Sus burdas imitaciones se movieron por miles en Nueva York, y los ciudadanos los coleccionaban como si fueran un souvenir. Sólo un fortuito incendio en su apartamento acabó con Edward detenido. Sin embargo, y paradójicamente, fue tras su detención, y gracias a una película sobre su vida, cuando pudo vivir por fin sin agobios económicos.