Cada año, a mediados de octubre, se anuncian los ganadores del Premio Nobel. La mayoría de los resultados no generan debate, pero hay tres categorías que siempre despiertan conversación: una porque sus ganadores suelen pasar desapercibidos —el de Economía—; otra porque suele recaer en políticos contradictorios —el de la Paz—; y una más porque se ha politizado tanto que ya casi nadie entiende por qué se otorga —el de Literatura—.