Tan solo dos palabras pronunciadas por el arcángel Gabriel -Gratia plena- nos revelan a María. A Ella queremos imitar, sabiendo que solo los de corazón puro ven a Dios. ¿Queremos verlo ya desde ahora? Busquemos la pureza integral, comenzando por la de la conciencia. La sinceridad con nosotros mismos y con Dios nos hará posible crecer en ese sentido.