"Estas cosas no las entendieron sus discípulos al principio; pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas acerca de él, y de que se las habían hecho." (Juan 12:16).
El domingo de ramos, como nosotros lo conocemos, Jesús entró en Jerusalén montando un pollino, una imagen exacta de la profecía sobre el Rey Mesías en el libro del profeta Zacarías. Pero es curioso notar que los discípulos que participaron no se dieron cuenta en el momento. No fue hasta después que se dieron cuenta de lo que había ocurrido. Muchas veces es igual con nosotros. En el momento no podemos ver lo que Dios está haciendo. Enfrentamos la tentación de quejarnos y rebelar contra Él. Pero cuando pasa el tiempo empezamos a ver más de lo que Dios está haciendo.
Confiemos hoy que aunque no entendamos todo lo que Dios está haciendo en y por medio de nosotros que está cumpliendo su voluntad y al final será para su gloria y para nuestro bien.