"Pero estas se han escrito, para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre." (Juan 20:31)
La fe cristiana no es intentar creer algo absurdo contra razón. Juan nos dice que escribió los hechos históricos para servir como una base para la fe en Cristo. En este mismo contexto nos cuenta la historia de Tomás que no quiso creer sin poder ver para que veamos la bendición de creer incluso sin haber visto. Y el resultado de esta fe es vida, una nueva vida espiritual que es eterna. Pero estas palabras no sólo se aplican a la epístola de Juan. Realmente es el propósito de la venida de Cristo. Vino para que creyéramos y que creyendo tengamos vida en Él.
Nuestra mayor misión en esta tierra es ser testimonios vivos para nuestro Dios ante un mundo pecador. Que se note hoy esta vida en nosotros por la fe para que otros dejen de ser incrédulos y sean creyentes, confesando a Jesús como Señor y Dios. (db)