"Profesando ser sabios, se hicieron necios" (Romanos 1:22).
No puedo pensar en una descripción más apropiada para la humanidad que ésta que aparece en la Epístola de Pablo a los Romanos. Seguimos amasando conocimientos y tecnología, pero no estamos evolucionando para mejor en lo moral. Pablo aquí señala el problema: el hombre ha rechazado el conocimiento de Dios. No quiere reconocer el poder y la deidad del Creador que la naturaleza le anuncia. Prefiere reemplazar a Dios con algo inferior. En los tiempos de Pablo solía ser un ídolo en forma de ""hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles"" (23). En nuestros días ya no es un ídolo sino directamente la ciencia moderna nos dice que somos nosotros. No hay Dios. Estamos solos en este universo. Y así empieza el ""entenebrecimiento"" de la mente humana y el resultado
final es la profesión de sabiduría en la condición de necedad.
Como cristianos hemos de tener cuidado que no caigamos en una tentación similar. Profesando conocer a Dios a veces también podemos reemplazarlo o ignorarlo con nuestras propias ideas. Es fundamental que mantengamos una relación real con Dios en que seguimos conociéndolo todos los días, sometiéndonos a Él y buscando su voluntad. El que piensa estar firme (sabio) mire que no caiga (necio).