"En pos de Jehová vuestro Dios andaréis; a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis, y a él seguiréis." (Deuteronomio 13:4)
Todos conocemos el breve resumen de la Ley en Deuteronomio 6:5. Jesús lo describió como el gran mandamiento: amar a Dios de todo nuestro corazón, alma y fuerzas. Aquí en realidad lo que tenemos es una versión más larga del resumen de la ley. Ser el pueblo de Dios significa que andemos, tememos, guardemos, escuchemos, sirvamos y sigamos a Dios. La estructura de los mandamientos es lo que llamamos un paralelismo inverso. El primer mandamiento es paralelo con el último y así sucesivamente hacia el centro, el enfoque de la estructura. Empieza y termina con andar en pos y seguir. Luego tenemos temer y servir, y en el centro, guardar los mandamientos y escuchar su voz. Todo empieza con seguir en pos de los caminos de Dios. Así lo enseñó Cristo también: si alguno quiere venir en pos …. Después encontramos la actitud que Dios busca, la reverencia que nos lleva a servir, y finalmente, la evidencia de pertenecer a Dios es cuando escuchamos su voz y guardamos sus mandamientos.
Sigamos nosotros en pos de Dios de esta forma, con reverencia y obediencia. Sigamos leyendo y escuchando su voz que nos habla por la Palabra día tras día.