«Guardad, pues, con diligencia vuestras almas, para que améis a Jehová vuestro Dios.» (Josué 23:11)
Josué, ya de edad avanzada después de la conquista, se dirigió al pueblo para animarles espiritualmente a seguir a Dios, tal como Moisés había hecho en Deuteronomio. Les advierte del peligro de seguir a otros dioses y luego les manda a guardar sus almas con diligencia para amar a Dios. Leyendo estas palabras, me he dado cuenta de que es parecido a lo que debe hacer cualquier pareja para proteger su matrimonio. Deben guardarse con diligencia para proteger su amor. Esto significa que buscan la intimidad solo entre sí porque valoran su relación y no quieren hacer nada que podría dañarla. Así debemos ver nuestra relación con Dios. Tenemos que proteger esta relación con diligencia y no hacer nada que podría ponerla en peligro o dañarla. Si valoramos nuestra relación con Dios, debemos luchar para ella seriamente.
Hoy en todas nuestras actividades cotidianas, guardemos con diligencia nuestro amor para con Dios. Pide a Dios si hay algo que está perjudicando tu relación con Él y luego sé obediente a su voluntad para ti. (David Bell)