«Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal.» (2 Tesalonicenses 3:3)
El apóstol Pablo sabía lo que era sufrir persecución. Mucho más allá de experimentar el odio y el desprecio que es cada vez más frecuente en nuestros días, Pablo había experimentado abusos físicos que ni podemos imaginar. Aquí describe los que le perseguían como hombres perversos y malos (2) y pide que Dios le libre de sus manos. Pero a la vez reconoce que a veces no es la voluntad de Dios sacarnos de la prueba. En tales situaciones, nuestra tentación es sentir que Dios nos ha abandonado, pero Pablo aquí nos recuerda que Dios es siempre fiel y su fidelidad se ve de dos maneras: nos afirmará en medio de la prueba y también nos guardará del mal. El apóstol nos está hablando de su propia experiencia. Había visto de primera mano como el poder de Dios le había afirmado en la prueba y también como Dios le había protegido dentro de su voltunad. El Señor también es fiel para con nosotros. Si Dios permite que pasemos por dificultades, podemos estar confiados de que nos afirmará, llenandonos con la fuerza que necesitamos para cada día, y nos guardará del mal en cualquier situación que permite en nuestras vidas.
Tomemos unos momentos esta mañana para recordar cómo Dios nos ha afirmado y guardado en medio de las pruebas del pasado. Así estaremos en posición de confiar e incluso alabar a Dios en cualquier situación en que nos encontremos hoy. (David Bell)