Listen

Description

«retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen.» (Tito 1:9).

El obispo, otro nombre para el pastor en la iglesia primitiva, debía ser un hombre capacitado para exhortar y convencer. La sana enseñanza de la Palabra es la base de la exhortación para que la congregación pueda crecer espiritualmente en su andar con el Señor. Su capacidad de convencer o contestar a los opositores de la fe también era necesaria. La congregación necesita poder preguntar sobre las acusaciones que los incrédulos hacen, y el pastor debe poder tomar la palabra de Dios y contestar estas dudas. Tanto el ministerio de la sana enseñanza como el de contestar a las acusaciones están basados en la palabra fiel. O sea, la capacidad de exhortar y convencer proviene del hecho de que el ministro sea retenedor de la Palabra. Literalmente, la idea es que alguien agarra fuerte y no suelta, ama la palabra (“llegará” en Mateo 6:24). Ahora bien, lo que Dios busca en el obispo aquí realmente es lo mismo que debe existir en la vida de todo creyente. Todos debemos ser retenedores de la palabra fiel. Todos debemos amar y aferrarnos de la palabra todos los días, reteniendo lo que Dios nos está enseñando para que nuestras vidas sean cambiadas día tras día.

Tomemos tiempo hoy para pasar tiempo en la palabra, pero no de manera casual. Más bien leamos para retener la palabra fiel. (David Bell)