«Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.» (Isaías 26:3)
En este versículo encontramos una de las promesas más preciosas de toda la Biblia. Dios promete guardar en perfecta paz a la persona que confía plenamente en Él. Volvemos a encontrar un eco de esta promesa en el Nuevo Testamento cuando Pablo nos anima a orar en vez de afanarnos, y el resultado será que la perfecta paz de Dios “guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:7). Pero es importante notar aquí cómo Isaías describe a los recipientes de esta perfecta paz: son gente justa, guardadora de verdades (26:2). Describe una nación justa (y de hecho, es una palabra que muchas veces se traduce como una nación gentil) que guarda la verdad o la fidelidad. ¿De dónde viene esta justicia? Esta nación justa está compuesta por personas que confían en Dios, que tienen su mente literalmente apoyada en Dios. De hecho, la palabra que se traduce persevera aquí es el mismo verbo que se usa para describir a Sansón cuando “echó todo su peso sobre” las columnas del templo del dios de los filisteos (Jueces 16:29). Por esto el profeta interrumpe su profecía para animarnos a formar parte de esta nación: “Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos” (26:4).
Si queremos experimentar esta perfecta paz, debemos poner toda nuestra confianza en lo que Jesucristo hizo por nosotros en la cruz, para que Dios nos convierta en gente justa, guardadora de verdades. (David Bell)