Dios no quiere la perdición de ninguno, ni hizo un plan para perder a algunos y salvar a otros, su plan de salvación incluye al mundo “Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él” (Juan 3:17). La predestinación se debe entender como la determinación anticipada o el plan de santificación de la iglesia. Esta enseñanza de la predestinación debe motivarnos a la santidad. Esta enseñanza nos debe llevar a una tremenda gratitud porque Dios escogió a los creyentes “los que conforme a su propósito son llamados” (28) para ser adoptados y para ser santos.