En una de las zonas más tradicionales de la ciudad de Puebla, encontrará una fuente en forma de kiosco, con las efigies de una niña y un niño. La gente de hoy le llama la fuente de los muñecos.
Pero la gente que tiene memoria e incluso recuerdos, sabe que se trata de un homenaje a los hijos de Don Gilberto, conocido capataz del otrora cacique Maximino Ávila Camacho.
Dicen que los niños desaparecieron camino a la escuela, en medio de una lluvia torrencial. Pero también dicen que Inés y Máximo se aparecen por las noches, alrededor de la fuente, para divertirse asutando a los lugareños.