El año del 2012 fue para muchos, el año del fin del mundo, según el calendario maya.
Muchos creyeron en esas historias, y se prepararon como pudieron. Un terremoto en el centro de México, para el mes de maro, convenció a los integrantes de una familia de que el ocaso era ineludible.
Y la manera de prepararse para ello, trajo consecuencias catastróficas al menor de todos.