El antiguo convento franciscano de Querétaro es ahora el Museo Regional.
Pero en el virreinato, aquel lugar rebosaba de rezos y monjes, de seminaristas y rosarios.
A Lauro, seminarista poco convencional, resulta que se le apareció el diablo. Gracias al apoyo del Padre Benito y demás compañeros, pudo vencer a la tentación.
Aunque el diablo se les escapó por un agujero.