Érase una vez, en Puebla y sus alrededores, que el diablo de vestia de elegante caballero de negro, para seducir a las jovencitas de todas las clases sociales. En pleno acto pecaminoso, las desgarraba con sus uñas, y con algunas procuraba engendrar al mismísimo anticristo. Ante el aullido de los lobos y procesiones espectrales, la nobleza del Padre Pánfilo y la hipocresía de los inquisidores nos traerán una historia aterradora sobre engaños y poderes sobrenaturales.