El año de 2009 fue un año aciago para los mexicanos. La crisis económica se unió a una epidemia de influenza para generar un clima de pobreza e inseguridad económica y social. El combate a los grupos delincuenciales no daba pausa. Y en Xalapa, tres madres peligrosas lograron marcar, indeleble y negativamente, la mente colectiva de los habitantes de esa ciudad: Hermelinda, Karina y Élida, utilizaron lo que tuvieron a su alrededor para asesinar a sus hijos e hijas. Dos de ellas lo lograron.