_Señor, mi corazón es manso delante de Tí. No me considero mejor que los demás. Estoy contento de no perseguir asuntos que están encima mi cabeza, como Tus complejos misterios y maravillas, que aún no estoy listo para comprender._
*ORACIÓN*
_Gracias por esta vida increíble que me has dado. Aunque está llena de altibajos, me estás enseñando la alegría del contentamiento. Puedo saborear cada día, sabiendo que la pasamos juntos. La paz llena mi alma al recordar Tu bondad y centrarme en Tu amor. Estoy muy agradecido por Tus bendiciones, grandes y pequeñas. Todo lo que me das ha sido creado a la perfección, sólo para mí. Que nunca me olvide de Tu tierno cuidado. Ayúdame a nunca preocuparme por lo que no tengo, cuando me has dado tanto. Siempre hay algo por lo que estar agradecido. Quiero vivir en la simplicidad y la paz, sin esforzarme por tener siempre más. Enséñame a descansar y disfrutar de las muchas cosas hermosas que me rodean: la elegancia de un copo de nieve de invierno bailando en el suelo, la fragancia de la primavera, el glorioso atardecer del verano o la forma en que pintas las hojas en otoño. Sintoniza mi oído para escuchar el placer de la risa de un bebé, o las voces de aquellos que amo. Así es como pretendías que fuera la vida: una de contentamiento, simplemente vivir todos los días disfrutando de Tí. Amén*_
