El pasado 9 de agosto, el centro de estudios informó que presentó problemas para recibir pagos a través de sus cuentas bancarias por “inconvenientes ajenos” a su voluntad. Horas más tarde, fuentes extraoficiales informaron que la situación se debió a un congelamiento de las cuentas bancarias. El 10 de agosto, fuentes extraoficiales informaron también que el régimen había ordenado inmovilizar los bienes de la Universidad Centroamericana, aunque sin mayores detalles.