Comúnmente podemos escuchar a las personas decir “amo la vida” y sin embargo, se quejan por las dicultades del día a día, o porque aún no logran alcanzar todo lo que quieren, o porque sus planes no están saliendo cómo quisieran… De igual forma, hay quienes reniegan por llevar una “vida terrible”, pero tienen una bonita familia, o un grupo de amigos que están dispuestos a tenderles la mano, o un trabajo bien remunerado o simplemente poseen salud física para salir adelante… Muchas pueden ser las razones para amar la vida, aun cuando atravesemos dicultades, pero antes de amar la vida, es indispensable que nos hagamos conscientes de que la vida nos ama mucho más, ya que día a día nos permite respirar aire nuevo y aprovechar nuevas oportunidades. Dice mi libro favorito “Dale gracias al Señor, porque Él es bueno. Su amor perdura para siempre”. Y de la misma manera es importante que demos gracias a la vida porque es buena con nosotros. No podemos calicar como mala nuestra experiencia, solo porque vivimos dicultades, ya que éstas se nos presentan con el propósito de fortalecernos y hacernos mejores. Síguenos y deja tus comentarios en Twitter: @ezaell o en Facebook: https://m.facebook.com/profile.php?id=292411357790605&ref=content_filter