Jesús muestra la misericordia de Dios, al alimentar a sus seguidores, a pesar de que se veían imposible hacerlo al estar en una región desértica. Dios alimenta físicamente hasta saciar y así lo hace en cada aspecto de nuestra vida, y nos ha incluido en está labor, nos ha dejado una canasta a cada uno para que la llevemos a quienes tienen hambre espiritual. Busquemos que Jesús habite en nosotros para que su misericordia siga llegando a más personas y leamos su Palabra para seguir sus pasos. Así que dale play a este episodio.
