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Description

Casi que no podría haber un candidato más improbable para creer en Cristo, que este endemoniado de Gadara. Confinado a vivir entre tumbas y cuevas, su aspecto, su estilo de vida, sus actitudes, todo parecía indicar que era la persona más alejada de la verdad. Sin embargo, cuando vio a Jesús, todavía estando éste lejos, fue corriendo hacia Él y se arrodilló en adoración. Su testimonio es espectacular y es una poderosa prueba de que el corazón humano puede estar amarrado a la maldad y todavía desear ser libre y limpio. (EH25)