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Description

* En el área de la obediencia, nuestra gloriosa corona se puede convertir en una soga a nuestro cuello. Todo lo que Dios creó en Génesis 1 y 2 le obedeció al instante, estableciendo para todas sus criaturas un patrón perfecto de armonía con el Creador. Pero el hombre era especial. Y esa característica especial se convirtió en la puerta para la maldición.