Los gatos negros son considerados de mala suerte dentro de la tradición europea y euroamericana. Se dice que si un gato negro se atraviesa en el camino, lo mejor es devolverse y no continuar, así mismo esa es una de las tantas imágenes con que se personifica al diablo. Como contraste, hay un gato negro bueno, el de la cultura afroamericana, que garantiza la invisibilidad, el regreso del amor perdido y la suerte en el dinero.