Como todo en la vida no puede ser bregar contra la entropía y la causalidad, ni fomentar la cultura, ni desvelar complots internacionales, de vez en cuando hay que abrir la tumbona y sentarse a orillas de la playa, para ver hundirse esta aberración llamada 2020.
Y nadie mejor para compartirlo que con amigos. Y si son de los buenos, pues mejor, aunque tengan tentáculos, o sean chilenos.
Así que saca tu coctel y brindemos por la vida, salud!