Imaginemos que somos un bloque de algo: mármol, concreto, corcho, chocolate; y una persona que nos conoce, nos quiere y ve cosas en nosotros que a veces nos cuesta trabajo, comienza a pulir y a sacar de ese bloque, la pieza de arte que estamos destinados a ser.
A grandes rasgos esto es parte del efecto Miguen Angel, pero también esta el efecto Pigmalión, y el concepto de “grabadora de la infancia”, si, todo en un solo capítulo…
Acompáñame a encontrar muchos sentidos diferentes en este hoyo de conejo por que al fin y al cabo somos seres complejos y listos para hacernos responsables de nuestra propia felicidad. (¿Qué no?)
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