La oposición te deja sin tiempo para nada. Normalmente, las horas de sueño son las que se ven más perjudicadas por nuestra necesidad de madrugar muchísimo o de trasnochar para avanzar con el estudio.
Sin embargo ¿qué pasa con la hora de la comida? Cuando la oposición te pilla emancipado, sin padres que cocinen por ti, o peor, con hijos a los que también hay que alimentar y que no entienden de pomodoros, de cronómetros, ni de otros horarios que no sean los suyos internos de su organismo, la alimentacion puede complicarte muchísimo la vida.
Es fácil pasar de una dieta sana y equilibrada a la rapidez de la comida basura. Por eso, el libro "Las recetas de Martina para opositores y estudiantes" me parece que ha llegado para hacerse un importante hueco entre estos estómagos necesitados de cosas ricas, saludables y que se puedan preparar en muy pocos minutos.
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