En navidad ya me pasó: medí muy mal el tiempo disponible que iba a tener para dedicarle al estudio de la oposición estando mis hijos de vacaciones escolares en casa.
Este verano ¡no me volverá a pasar! Necesito estar tranquila conmigo misma y sé que no puedo abandonar del todo la preparación, porque seguiría teniendo esa sensación de que debería estar estudiando y no viviendo ("perdiendo el tiempo en familia").
Por eso, he valorado mis posibilidades, me he replanificado a la baja y espero seguir manteniendo un ritmo constante de estudio, que me permita avanzar lentamente, pero sin parones bruscos y sin renunciar al resto de la vida.
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