LOS RICOS TAMBIÉN LLORAN 🤔
Todo el mundo llora, incluso los ricos. Lloran pero siguen tercos en sus metas. Nunca abandonan sus objetivos y gracias a eso dejan atrás los obstáculos pequeños para enfrentarse a otros aún más grandes. Lloran y al mismo tiempo disfrutan su adrenalina. Así funcionan. No tienen miedo.
Lo que mejor los sostiene, aquello que los impulsa, es su confianza. Esa es la importante lección que Abel Quiñónez comparte esta vez con sus seguidores a propósito de algo tan simple y tan emocional como el llanto.