¿Podría aprender una persona a su propio ritmo sin interrumpir el proceso del otro? La respuesta es un rotundo SI. Pese a esta afirmación el ser humano se envuelve en un sistema que estandariza y quiere que "todos aprenda al mismo compás", dejando a un lado la individualidad en esos procesos, de aquí, lo importante que es poder identificar cuál es ese canal de aprendizaje que predomina para así establecer con mayor asertividad las herramientas adecuadas para disfrutar el aprender.