El pasado lunes 19 de octubre el mundo amaneció un poco extraño: las películas no stremeaban, los e-commerce no vendían y algunas camas se convirtieron en tostadores humanos (más al respecto la próxima semana). ¿La razón para todo este caos? Un nodo de Amazon AWS se había caido, llevándose entre los pies a cientos de organizaciones.