Todo comenzó con la muerte de Mahsa Amini el 16 de septiembre, tras ser detenida tres días antes por la Policía de la moral iraní. ¿Su delito? enseñar un mechón de su cabello bajo el velo islámico. Su fallecimiento desató inmediatamente fuertes protestas que llegan hasta hoy. Jóvenes y mujeres al grito de "¡Mujer, vida, libertad!”, empiezan a quemar velos y piden más libertades, un gesto inaudito e impensable, semanas antes, contra la República Islámica.